Innovación.“Tenemos que innovar, todos y todas y EN TODO.”
El mensaje es expresado (y escuchado) por todo tipo de personas y por todas las esquinas. Parece que además, estamos todos-as de acuerdo.
Innovación Abierta.
Cuando escucho que tenemos que desarrollar la Innovación Abierta, veo que se refieren siempre a no “cerrarnos” en que las fuentes de innovación están solo en la empresa y sus trabajadores-as, sino “abrirnos” a que consumidores-as, proveedores, clientes, y todas las personas en general son fuentes potenciales de innovación, que pueden orientar y enriquecer la mejora de nuestros productos y servicios.
Es un mensaje de “abrir los MEDIOS”, pero ¿y qué pasa con el FIN ULTIMO, el PARA QUÉ desarrollamos nuestra actividad y nuestra innovación?
Parece que estamos de acuerdo en que hemos de innovar en TODO, pero hay tremendas resistencias a innovar EL FIN PARA EL QUE HACEMOS LAS COSAS y abrirlo para “que entren más personas, más organizaciones, más culturas, más cantidad de mundo”.
Empresas con Visión Global.
A menudo escucho que los-as emprendedores-as y las empresas tienen que tener visión global. Y cuando pregunto a las personas a qué se refieren con eso, la respuesta suele ser “Tenemos que asumir que vivimos en un mundo global, y que nuestro mercado es el mundo. Las empresas tienen que abrirse a vender en cualquier parte del mundo”.
Una pregunta: un emprendedor de Vitoria que vende por todo el mundo y que no es sensible a lo que está pasando en el mundo más allá de su familia, su empresa, o su ciudad, ¿tiene visión global? Un emprendedor de Vitoria que solo vende en Vitoria, y que es sensible a lo que está sucediendo en el mundo e integra el mundo en sus decisiones y acciones ¿no tiene visión global?
Creo que desarrollar una visión global es un proceso de aprendizaje, de crecimiento personal, de desarrollo de una sensibilidad creciente y de acción coherente, que no acaba nunca, pero que tiene más relación con “la cantidad de mundo que acogemos en nuestro sentir y nuestra acción” que con “la cantidad del mundo a la que vendemos nuestros productos”.
La Riqueza en la Base de la Pirámide.
Disfruté la lectura del libro de C.K. Prahalad, “The fortune at the bottom of the Pyramid”, y me alegro mucho de que su mensaje se esté acercando a nuestro entorno, gracias a iniciativas como el Laboratorio Base de la Pirámide y el área de Innovación Social de Innobasque. Pero siento que en el mensaje que se está trasladando (por lo menos el que yo percibo) se está desatendiendo un aspecto crucial. Se está centrando la atención del mensaje en “el potencial de facturación que la base de la pirámide ofrece a las empresas de aquí”. El subtítulo del libro de Prahalad es “Eradicating Poverty through Profits” (Erradicando la Pobreza a través de beneficios), y el mensaje que estoy escuchando es “Generating Profits through Poverty” (Generando Beneficios a través de la Pobreza). Y, aunque parece que es lo mismo, la cosa cambia bastante. Y está relacionada con los FINES y los MEDIOS. Y con si abrimos e innovamos el FIN que perseguimos, o limitamos la Innovación Abierta a los MEDIOS para conseguir el mismo fin de siempre, antiguo, limitado, cerrado a cal y canto.
Creo que algo que la situación que estamos viviendo nos pide a gritos es “abrir nuestra sensibilidad”, “innovar en el para qué y para quién generar riqueza”. Y que además, ese “abrir” puede además “generar riqueza”, para "más-que-nosotros-as" y para nosotros-as también.
Parecía que estábamos de acuerdo en que teníamos que innovar en TODO. Pero por todas partes veo que se nos cuela, (o colamos) la necesidad de innovarnos nosotros-as, nuestra capacidad de sentir más, de ver más, de abarcar más, de innovar y abrir nuestra mirada, nuestra intención, el fin último de nuestras acciones.
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